Razones contra la jornada escolar continua

Razones contra la jornada escolar continua

La jornada escolar continua perjudica la salud de los niños

La Sociedad Valenciana de Pediatría cuestiona el horario intensivo ya que obliga a los escolares a comer demasiado tarde . Aconsejan que los más pequeños deben ir al comedor entre las 12 y las 13 horas

La jornada escolar continua incrementa la desigualdad

LA CEAPA señala lo siguiente:  las clases son más cortas, por lo que el profesorado dispone de menos tiempo para impartir su materia; la falta de tiempo obliga a éste a encargar más deberes al alumnado, y hay muchos padres que no pueden ayudar a sus hijos con los estudios, porque no tienen la formación adecuada; muchas familias se ven impulsadas a acudir a clases particulares, mientras que otras no pueden afrontarlas económicamente.

Con la jornada escolar continua, los comedores escolares dejan de estar garantizados

La Confederación de AMPAS Gonzalo Anaya plantea lo siguiente:   Los comedores escolares dejan de estar garantizados. Consecuencia de la disminución de alumnos en las actividades extraescolares y no obligados a volver por la tarde, los comedores perderían alumnos y los costes de mantenimiento por alumno lo hacen inviable. Las becas no estarían garantizadas, pues ya no habría justificación del Servicio. Prueba de ello sólo hay que mirar cuantos comedores escolares existen en los IES que tienen jornada continua.

 

La Plataforma Sierra norte en defensa de la Escuela Pública plantea: Con la jornada continua se incurre en el riesgo de que el rendimiento sea menor y de que desaparezcan los servicios complementarios (comedores, actividades extraescolares… como sucede en algunas comunidades con jornada continua como Canarias) cada vez más importantes en la sociedad actual.

 

Prácticamente todas las comunidades con mayoría de centros con jornada continua las actividades extraescolares están decayendo (los casos más claros son Canarias, Galicia, Castilla-La Mancha, Asturias y Murcia). Y el servicio de comedor escolar también ha tendido a disminuir o desaparecer. Por ejemplo, las últimas cifras ofrecidas por la Comunidad de Madrid muestran que el uso del comedor escolar es mucho más frecuente en los centros con jornada partida (72%) que en los centros con jornada continua (38%).

 

La jornada escolar continuada supone un mayor cansancio para los niños

A partir de las afirmaciones hechas por el propio alumnado, estos experimentaban más cansancio en la última hora de la continua (el 47% del alumnado declara sentirse fatigado) que la de la partida (27,4% del alumnado). Caride, JA (1994) El estado de la cuestión. Cuadernos de pedagogía 221 p 69)

 

Los pequeños que tienen jornada continua tienen un nivel de “autofatiga” del 47 %, mientras que este porcentaje desciende al 11,1% cuando los niños van a clase por la tarde y salen a comer a las 12.30. A las 17.00, es del 19 %. Informe de Julio Latorre (Universidad de Zaragoza) y J. Rouco (Universidad de Santiago)

 

La jornada continua supone más tareas escolares en casa

Así lo recoge un estudio publicado en 2005 sobre las consecuencias de las modalidades de jornada escolar continua y partida.

 

La jornada continua parece que logra peores resultados académicos que la partida

Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología señala lo siguiente: “No hay un solo estudio que concluya que la jornada continua produce mejores resultados en el rendimiento de los escolares que la jornada partida» y añadió que «hay unas cuantas investigaciones que sí demuestran lo contrario aunque no sean suficientes para decantarse por una u otra». No obstante, sí indicó que la jornada matinal aumenta la fatiga de los alumnos…”

 

José Gimeno Sacristán, catedrático de Didáctica señala: “No hay ninguna relación entre el tiempo y el rendimiento escolar -señala Gimeno- y si la hay favorece ligeramente, pero de manera significativa y constante, a la jornada partida