Lo que somos
La etapa escolar de nuestras hijas e hijos dura al menos ocho años -muchos más para la mayoría de las familias- y por eso somos lo que somos (entre otras cosas) por lo que vivimos durante este tiempo. Hoy queremos contártelo.
Somos lo vivido en la plaza que hay a la salida del colegio. Te lo explicamos. En un primer momento, una tuerce el morro al ver que el Sankris tiene poco patio. Después de infantil salen en una gran plaza situada en la colonia donde está el colegio (también llamada de San Cristóbal). Más tarde (pronto), te das cuenta de que esa peculiaridad es, precisamente, el gran valor del cole. Una plaza que, a modo de las viejas plazas de los barrios y los pueblos, articula la vida de la comunidad escolar.
Un espacio intergeneracional donde los mayores se responsabilizan de los pequeños y, a la salida de clase, las familias que quieren se integran en la vida alrededor del cole. Un espacio que, sin quererlo ni saberlo, encierra muchas de las cualidades destacadas en los libros de pedagogía, un oasis en medio de un mundo que se empeña en estar permanentemente de paso y que, sí, definitivamente conforma lo que los niños y niñas del cole son. Seguramente no saldrán muchos futbolistas de la cantera del Sankris…no se puede tener todo.
Somos un poco lo que, de nuestros propios hijos, nos han enseñado las profes desde infantil, porque en nuestro cole algunas, que entramos contentas porque los más pequeños aún tuvieran un ratito de siesta, nos encontramos con la importancia de poder dejarlos en la misma puerta de la clase: asomar tímidamente las narices por la rendija de primero de infantil, saludar a la profe e irnos a casa más tranquilas. Somos el tiempo pasado en ese rellano y ¡cuánto lo hemos echado de menos el curso del Covid!
Somos, más si cabe que cuando decidimos entrar en ella, defensoras de la escuela pública después de haber pasado por el Sankris. Vemos los déficits dotacionales y las dificultades que sufren los colegios públicos y nos vemos empujadas a arremolinarnos en forma de dique frente a esa la ola arrasadora de los servicios públicos que se nos viene cotidianamente encima. Nos asociamos a un AMPA que viene haciéndolo desde hace mucho tiempo, que tiene claro que su sentido de ser no es gestionar servicios sino servir para que las familias del colegio participen de la vida de la comunidad educativa. Esto lo saben todos los equipos directivos que han pasado por el centro.
Somos lo que somos y estamos agradecidas de conocer a algunas personas que llevan aquí mucho más tiempo que nosotras, como nuestra Carmen y nuestra Marta. Cambian a los más pequeños, organizan extensiones horarias, están en el comedor…son compañeras sin las que el AMPA y el colegio no serían lo mismo.
Somos lo que somos, obviamente, después de entender que el día a día de un cole público no está exento de múltiples conflictos, y que lo importante es saber afrontarlos colectivamente. A veces nos sale bien, y no veáis qué fiesta.
Por eso somos un AMPA empeñada en que nadie se quede atrás, que lleva años poniendo la mayoría de su exigua recaudación para becas de material y salidas de las familias con menos recursos del centro. Por eso, también, las actividades que organizamos, como los Primeros del cole y la Extensión horaria, llevan por delante la exigencia de que sea asequible para todo el mundo acceder a estos servicios de conciliación.
Somos lo que somos porque damos a los profes la turra con las cosas que nos parecen importantes (la clase social, la diversidad, el clima, el feminismo). Porque lo mismo te montamos una comisión para mimar lo que se sirve en el comedor que sobre las medidas para afrontar una pandemia.
Somos lo que somos después de haber participado como AMPA en la Casa de la Cultura y la Participación Ciudadana, que está en la misma plaza donde nuestros pequeños salen al recreo. Por cierto, las chicas y chicos de quinto están haciendo actualmente un proyecto de la actividad Construcciones que consiste en pintar pancartas contra el cierre del la Casa de la Cultura, precisamente. Esto sucede porque, dentro de lo que somos, hemos elegimos que parte de las actividades las organice una cooperativa que en su momento surgió de un grupo de padres y madres del colegio.
Somos lo que somos después de haber relativizado nuestros problemas en contacto con otras familias con más dificultades, y nuestros hijos e hijas también. Muchas vinimos a este cole porque su ambiente nos parecía menos formal que el de otros del mismo distrito y, mira por donde, comprobamos que a veces es necesario poner al mal tiempo buena cara, a veces ponerse serias y, siempre, incluir la alegría en aquello que somos…que es aquello que queda de nosotras hoy, después de haber pasado la tira horas a pie de plaza. Ni mejores ni peores, pero sí conscientes de reconocernos en lo que os hemos contado en esta carta.
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